El universo (que todos llaman biblioteca) se compone de un indefinido, y tal vez infinito, de galerias hexagonales,con vastos pozos de ventilacion en el medio, creado por barandas bajisimas.


Como todos los hombres de la biblioteca, he viajado mi juventud: he peregrinado en busca de un libro,acaso del catalago de catalagos; ahora que mis ojos casi no pueden desifrar lo que escribo, me preparo a Morir a unas pocas leguas del hexgono en que naci...




Mi sepultura sera el aire insonable (Jorge Luis Borges)

lunes


Ayer te escribí una carta.

De esas que aún no conoces,de las aburridas. Y si explicase a terceros lo que dice,no importaría demasiado,decimos muchas cosas en el día y en los abrazos, mi carta dice demasiado aunque tu nunca digas algo.

Cuando escribo una carta,me gusta escuchar tu risa en mis dedos mientras huelo tu recuerdo seco y distante en algún cajón,en algún libro. Si te escribo una carta, seguramente es porque minutos antes debí haberte odiado por no saber como quererte. Es así, como las leyes del palabrerio erupcionan por mis dientes y quiero decirlo todo,decirte todo para luego callarme y que todo deje todo para entregarse en palabra y error coloquial,y quedarme sola y vacia en silencio de gramatica.

Lo que existe en aquella carta no es real, pues describe un enamoramiento destructivo y banal como los casamientos de los padres y o de los vecinos. Una carta para vos jamás sera constructiva, nada puede edificarse con mis frases robadas y condenadas a un sobre y una lapicera de mal gusto...

Ayer te escribi una carta. Porque minutos antes debí haberte odiado pero amé amarte mientras redactaba. Ayer te escribí una carta porque hablarte y odiarte se parecen cuando es domingo o cuando es de noche...



Tengo por seguro que no necesito saber cuantas palabras podría ahogar con tu cara y aunque yo te diga todo esto, se que tu nunca dirás nada.

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